-Qué hay detrás del hábito de fumar y motivos para dejarlo
Artículo de opinión por Ángel J. García
Fumar no es un ningún placer para los sentidos.
La primera vez que una persona se expone al cigarrillo, lo usual es que no viva una experiencia
agradable. El tabaco tiene un olor fuerte e irritante. Cuando se aspira hay ardor y sensación de
ahogo.
El tabaquismo es una adicción, según lo cataloga el DSMV-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales).
La nicotina es la sustancia responsable. Es una de las drogas que más dependencia crean,
junto con la cocaína y la heroína. Después de inhalada, tarda unos 10 segundos en llegar al
cerebro. Allí estimula la producción de dopamina. A largo plazo sacia menos. Por lo tanto, se
necesita de mayores dosis para que la nicotina vuelva a producir sus efectos. A diferencia de
otras drogas no produce cambios radicales en el comportamiento. En la adicción a fumar
influyen poderosos factores psicológicos y, podemos considerarlo como un “refuerzo
conductual” más que una dependencia estrictamente física.
-Las razones por las que se empieza a fumar
Es muy frecuente que las personas comiencen a fumar durante la adolescencia. Tanto el
tabaco como el alcohol son dos psicoactivos legales, de fácil adquisición y relativamente
baratos. Usualmente prohibido por padres y maestros, es justo lo que atrae a muchos jóvenes.
Las principales razones por las cuales la gente comienza a fumar son (estudio de Scientific
Psychic):
Desafiar al mundo adulto o los entornos restrictivos.
Adaptarse a un círculo social.
Demostrar que ya no se es un niño o una niña.
Reafirmar la independencia.
Imitar a personas admiradas que fuman.
Bajar de peso.
-Un poco de psicoanálisis
En el acto de fumar observamos varios aspectos inconscientes.
En psicoanalisis hablamos de la adicción al cigarrillo como la expresión de un síntoma oral.
Representa una regresión a una fase infantil de la vida.
Estudiosos como Coderch sostienen que es un hábito de personas con madres
sobreprotectoras que apaciguaban al niño gratificándolo oralmente. En otras palabras,
calmaban su ansiedad dándoles comida que les resultara agradable.
Muchas personas dicen que sienten ganas de fumar cuando están angustiadas. El cigarrillo los
tranquiliza. Algunos autores sugieren que al aspirar el humo, lo que hacen es tragarse sus
aspiraciones. En ese sentido, fumar sería una respuesta ante la frustración. Simbólicamente
contribuye a inhibir deseos.
En esta línea, se afirma que al fumar se busca es inspiración. La falta de ideas o recursos para
solucionar una situación, lleva de forma inconsciente a fumar.
-¿Qué puedo hacer para dejar de fumar?
El reto no es fácil, pero si quieres, con determinación y apoyo se puede.
La fuerza de voluntad es más del 50 % del recorrido. El hecho de querer dejarlo nos puede dar
la motivación para buscar ayudar y ponernos manos a la obra.
Simplificamos: apoyo psicológico y farmacológico.
-La preparación psicológica para dejar de fumar
Cuando una persona se propone dejar de fumar, además de aplicar técnicas para superar la
adicción física, sería conveniente que explorara los motivos que lo llevan a la dependencia y el
significado que ha adquirido el tabaco en su vida.
La decisión de dejar de fumar, con frecuencia no logra mantenerse en la realidad porque no
hay suficiente preparación psicológica para hacerlo: la primera voluntad suele ser fuerte, pero
las estrategias débiles. A veces no hay claridad sobre los motivos, o falta la convicción frente a
los beneficios de no fumar.
La dependencia del tabaco es física y psicológica. El cigarrillo, pese a lo nocivo que es,
proporciona alguna forma de bienestar o de alivio, aunque sea fugaz. Por ello, dejar de fumar
es dejar de percibir esos beneficios.
La nicotina es una sustancia muy adictiva y abandonarla demanda un esfuerzo y un ejercicio de
inteligencia. Y es que cuando una persona comienza a fumar, desarrolla una serie de pautas y
conductas alrededor del tabaco. Abandonarlo implica dejar atrás todo el andamiaje que hay
alrededor de esta conducta. Fumar lo podemos asociar a contextos sociales: contextos de
soledad; tiempos tras las comidas; ansiedad; una copa; un café; una charla… Inteligente sería
reducir -y sobre todo en los primeros días-, la exposición a estos contextos.
-Los motivos para dejar de fumar
En el fumador hay ansiedad, culpa y autocastigo. Como ya hemos dicho, suele tener su origen
en la adolescencia, en donde el tabaco representa un símbolo, una declaración de ingreso en
el mundo adulto. Si ese mundo adulto generaba tensiones muy fuertes, el hábito de fumar
habrá adquirido, raíces profundas.
Aunque parezca absurdo, se fuma para decir “yo soy”. Existe una sensación de reafirmación
cuando se fuma.
La exposición a diversas enfermedades y la merma de la salud son evidentes; no obstante, los
motivos de la persona fumadora para dejar de fumar, son casi tan importantes como los
motivos para consumir tabaco. ¿Porqué? Cuando se asume ̈no fumar ̈, se experimenta de
forma inconsciente, limitaciones de la infancia frente a los adultos. Fracasan por que entienden
cesiones en su rebeldía y en un idealizado “dejar de ser”.
-Conclusiones
Más allá de las decenas de técnicas que puedas encontrar para dejar de fumar, intenta
comprender qué significa el cigarrillo en tu vida personal. Te ayudará recordar esos momentos
iniciales cuando adquiriste el hábito. Piénsalo y trata de contestarte estas cuatro preguntas que
te planteo:
¿Qué circunstancias te rodeaban ese momento? ¿Qué sensaciones te producía el fumar?
¿Qué sensaciones te produce ahora? ¿En qué momentos sientes más deseos de fumar?
Podrás dejarlo, pero si flaqueas o no crees conseguirlo, solicita apoyo.
Ángel J. García, Neuropsicologo, Pedagogo, Educador Social y Coach.
Referencias:
-Coderch, P.S. El pleito del tabaco en los estados Unidos. 2002.
-DSMV-5. 2013.
-Scientific Psychic. https://www.scientificpsychic.com/health/psicologia-del-fumar.html 2011