El COR empieza a trabajar en la implantación de dos modelos de recogida de residuos

Se barajan dos modelos diferenciados para los municipios: compostaje doméstico o centralizado

El Consorcio para la gestión de residuos V5 – COR ha empezado a trazar la hoja de ruta para potenciar la recogida y el tratamiento de los biorresiduos, con la intención de cumplir así las disposiciones europeas.

Según la ley 22/2011 de residuos y suelos contaminantes, se establece que antes del año 2020 la cantidad de residuos domésticos y comerciales de todas las fracciones tendrán que suponer, como mínimo, el 50% en peso. Respecto a los biorresiduos, se recomienda recogerlos separadamente para destinarlos al compostaje, así como educar a la población en el tratamiento de sus propios biorresiduos y tratarlos en las plantas de valorización adecuadas para no mezclarlos con el resto de residuos. En último término, ese compost se podría utilizar en sectores como el agrícola o la jardinería.

Por otra parte, el Plan Estatal Marco de Gestión d Residuos (PEMAR) 2016-2020, contempla como a objetivos el aumento de la valoración energética del material bioestabilizado, la reducción del vertido de residuos biodegradables en un 12% respecto al 2012, y la limitación del vertido total de residuos municipales al 35% para el año 2020.

El COR ha empezado a trabajar en fórmulas para tratar de cumplir los objetivos que marca la ley, por lo que se busca una implantación gradual y progresiva de la recogida selectiva de biorresiduos, el fomento del auto-compostaje, la construcción de nuevas instalaciones de tratamiento en áreas cercanas a la generación –minimizando así el transporte-, e introduciendo cambios en el sistema de recogida para reducir de esta manera la presencia de impropios.

Partiendo de esta premisa, el COR propone a sus municipios dos modelos diferenciados, para que cada uno pueda escoger el que más le convenga. De ponerse en marcha, el municipio se encargaría del gasto, pero al mismo tiempo ese precio se reduciría del que se debe pagar por el número de toneladas de basura producidas.

El primero de los modelos responde a un compostaje doméstico, como el que ya se realiza en el municipio de Carrícola. Este iría destinado a municipios pequeños –menos de 2.000 habitantes-, o a barrios o comunidades de propietarios de otras localidades más grandes. Por otra parte, también se tiene en cuenta el modelo de Ayora, donde se trabaja un compostaje centralizado, para el que es necesario un compromiso social con tal de llevar a cabo el compostaje mediante los medios humanos adecuados y los materiales necesarios.

“Es necesario saber en qué línea quiere avanzar cada ayuntamiento para ponernos a trabajar y definir el proyecto tipo”, ha destacado el presidente de la subcomisión, Vicent Muñoz. Los municipios que participen deberán cumplir unos criterios para entrar, y a cambio el COR se hará cargo del acompañamiento técnico de las islas de compostaje, apoyado con un trabajo de concienciación y de comunicación.

Precisamente ene se sentido, además de la convención entre el ayuntamiento y el COR para decidir las zonas en las que se puede desarrollar la recogida del compost, se plantea una campaña previa de sensibilización, para que las familias sean conocedoras de la bonificación económica que pueden conseguir con la realización del proyecto.
“Con este proyecto tratamos de concienciar sobre el cumplimiento de la normativa, pero al mismo tiempo sobre la reducción de toneladas, y por tanto de costes, así como del impacto positivo que tendría a nivel medioambiental”, explica Muñoz.

El primer paso será la definición de la implantación y las herramientas a adquirir, de forma consorciada. Para ir trabajando en este tipo de implantaciones, el COR cuenta con 150.000 euros aportados por la Dirección General, que contribuirán a la puesta en marcha en los municipios que así lo soliciten, y la colocación del quinto contenedor, que trate esos residuos de fracción orgánica (alrededor del 50% del total), los cuales contienen un alto porcentaje de agua, resultando anti-económico, monetaria y ambientalmente, su transporte.

“Es necesario caminar hacia un modelo de recogida selectiva donde se valorice el residuo en las zonas próximas a su lugar de generación, y dentro de la medida de lo posible, reutilizarlo dentro de su ámbito de aplicación en la zona donde ha sido generado. Que se cierre el ciclo”, ha señalado el presidente del COR, Roger Cerdà.

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