PAN (poco) Y CIRCO (todos los días)

Artículo de opinión de Populars Xàtiva.

Diari Digital.es, con el objetivo de facilitar a sus lectores diferentes puntos de vista sobre un mismo asunto inicia una sección de opinión en la que se publicarán columnas de políticos de diferentes partidos en las que se reflexionará sobre un mismo tema. Aprovechando la reciente celebración de la encuesta de participación ciudadana impulsada por el Ayuntamiento de Xàtiva sobre el modelo de Fira d’Agost y después de conocer los resultados hemos considerado que éste era un buen tema para inaugurar esta nueva sección.
Abre la rueda de intervenciones POPULARS XÀTIVA

Una de las ceremonias de la confusión sobre las que se asientan los regímenes y partidos ayunos de formación democrática es la supuesta y continua relación que mantienen con el «pueblo», un ente abstracto que igual sirve para un roto que para un descosido. Y eso lo consiguen, según ellos, mediante las denominadas «consultas populares». Esas consultas, sobadas, manipuladas, reiterativas, y que no ofrecen las mínimas garantías, cuando no son claramente ilegales, les aseguran la impunidad política y les excusan de aquello que más temen: tomar decisiones, es decir, gobernar, quitarse la máscara. En última instancia la responsable es siempre «la voluntad popular», no ellos.

Por otro lado, la intromisión de estos gobernantes en las decisiones personales, que deberían estar sujetas tan solo al libre albedrío, es constante. Los «guías de la revolución» orientan al «pueblo», lo iluminan con su doctrina, lo conducen con su paternalismo, le señalan el objetivo e, incluso, le proporcionan la respuesta. Y la gente, contenta, dame pan y llámame tonto. Eso hacía la Santa Inquisición, Mao, el Fürher, el Duce, el Caudillo, Stalin, Kim il Sung, Chávez…

El penúltimo número de ese circo insufrible, que a nada conduce y que mantiene ocupados a ganapanes, crédulos y pensionistas ha sido el esperpento de los toros y la reina de la Feria de Xàtiva. Lo de siempre. Desconocen, también, el refrán valenciano que dice que «qui no vullga pols, que no vaja a l´era». Ellos deciden lo que es «pols» y lo que no, que para eso la era es suya. ¿Para cuándo la lista de libros prohibidos, de revolucionarios tibios, de películas poco recomendables, de comercios no adictos a la causa…?

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