LA UNIÓ de Llauradors reclama a las dos Administraciones Públicas un paquete de ayudas para los afectados y mejoras para aquellas personas que tuvieran contratado un seguro agrario.
El temporal de viento y fuertes y continuadas lluvias de los últimos días ha afectado a unas 140.000 hectáreas de cultivo en toda la Comunitat Valenciana y ha dejado cuantiosos daños en infraestructuras agrarias, según las estimaciones de LA UNIÓ de Llauradors.
A juicio de esta organización profesional agraria resulta en estos momentos aventurado y poco riguroso ofrecer una estimación ya definitiva de las pérdidas porque no se puede ni tan siquiera comprobar la magnitud de los efectos en los campos pues muchos están inundados y en algunos casos es imposible acceder porque no existen ni caminos. Sin embargo, la cuantía será muy elevada y se prevén centenares de millones de pérdidas de forma directa y otras tantas indirectas.
En la mayor parte de las comarcas se aprecian daños y los cultivos más afectados son los cítricos, las hortalizas, la uva de mesa, el caqui y el olivar. Existen 105.000 hectáreas de cítricos con afección, cerca de 23.000 de olivos, más de 8.000 de hortalizas y unas 1.500 has de uva de mesa y otras tantas de kaki.
En los cítricos llueve sobre mojado y se puede dar por perdida la cosecha pendiente de recolectar de mandarinas de media estación como la Clemenules por afección de pixat y el porcentaje de Navelinas no recolectadas todavía o parte de las variedades de naranjas más tardías como la Navel, Lane-late o Navelate que presentan síntomas de aguado. En todos los casos, las pérdidas económicas reales se conocerán en unos días cuando evolucionen estas fisiopatías que afectan a la piel de la fruta. En este sentido, LA UNIÓ constata que estas lluvias no son la causa de la desastrosa campaña que ha tenido la citricultura valenciana, más bien ha sido por circunstancias puramente comerciales. Por tanto, LA UNIÓ recomienda a los agricultores con contrato de compraventa y con fruta en buenas condiciones que haga una peritación de su parcela y remita un burofax al comercio indicando que la fruta está en condiciones de ser recolectada y, en consecuencia, que se cumpla lo pactado entre ambas partes.
Para la uva de mesa del Vinalopó las últimas lluvias son la puntilla a una campaña nefasta que se inició ya con una merma de la cosecha del 25% por la sequía. Los episodios de lluvia han provocado la presencia de hongos y humedad que han perjudicado a buena parte de la producción pendiente de recolectar, sobre todo de la variedad Aledo que es la que se consume en estas fechas navideñas y de fin de año. Todo ello ha provocado un encarecimiento del 20% en los costes para los agricultores con objeto de salvar el máximo número de uva posible.
El cultivo del caqui tiene un poco más del 80% de la producción recolectada, aunque habrá que ver la evolución para cuantificar las pérdidas. Lo que es seguro es que una parte de ese porcentaje caerá a tierra y quedará inservible comercialmente.
La lluvia ha llegado en el peor momento para los productores de hortalizas de hoja (lechugas, escarolas o espinacas), pero también se verán afectadas por el exceso de humedad el brócoli, la col, la patata o la alcachofa. Aparte de los problemas para recolectar se prevén pudriciones por exceso de humedad o botrytis, así como productos de hoja con tierra que requerirán mayores costes.
En el caso de la aceituna la campaña de recolección estaba ya muy avanzada, aunque con tantas lluvias en las últimas semanas se había retrasado en algunas zonas. Una de las variedades más afectadas es la Manzanilla y por ejemplo en la comarca de El Comtat el 60% de la cosecha pendiente de recolectar ha caído a tierra.
En la ganadería, aparte de los daños en granjas por inundaciones o desperfectos, para el caso de la extensiva tiene claros y sombras de este temporal. Por una parte, se verán incrementados los costes de producción al no poder salir a pasturar en las zonas más afectadas, pero por otra parte se regenerarán los pastos para los próximos meses.
Los derrumbes son numerosos en algunas de las zonas más afectadas provocando una gran erosión de los terrenos, han desaparecido grandes cantidades de tierra de los campos y los caminos apenas se distinguen en algunas zonas.
LA UNIÓ solicita agilidad en las peritaciones y a las Administraciones que de forma inmediata acuerden las siguientes medidas para todos aquellos agricultores que han confiado en el sistema de seguros agrarios y tengan contratada una póliza:
• Para los asegurados de cítricos, uva de mesa y hortalizas:
o Indemnización de los daños reales de las parcelas en función de las exigencias comerciales.
o Que el asegurado no asuma la franquicia de la póliza.
• Para los asegurados de caqui: incluir los daños producidos en la piel de los frutos (manchas) que Agroseguro excluye de las coberturas de esta línea de seguros.
Además, LA UNIÓ va a solicitar un paquete de ayudas a las Administraciones Públicas (Gobierno central y Generalitat) para reparar los daños en infraestructuras agrarias lo más urgentemente posible y compensaciones para los agricultores afectados en la línea de las ayudas establecidas por las heladas ocurridas en el año 2005: ayudas directas, exenciones fiscales y de las cuotas de la Seguridad Social, créditos bonificados, subvenciones para reposición de árboles y productos fungicidas.
También reclama LA UNIÓ construir las infraestructuras necesarias (como por ejemplo embalses) para recoger el agua caída que ahora va al mar en los cursos medio y bajo de los ríos y ramblas para no depender siempre de hipotéticos trasvases que dependen de decisiones políticas.
Para las comarcas donde no ha habido daños, o zonas de interior y cultivos entre otros como la viña o los frutos secos, las lluvias han sido muy beneficiosas pues han servido para ahorrar riegos, recargar los acuíferos, llenar las cabeceras de los ríos y limpiar los árboles para evitar posibles plagas.