Article d’opinió per: Eduardo Cuñat Forte
Soy un tipo poco dado a reverenciar, mucho menos idolatrar, a otras personas más allá de esa privada e íntima admiración que uno pueda sentir por aquéllos o aquéllas que por sus compromisos, creaciones o actitudes vitales supongan una referencia en la tuya.
¿Quién no se emociona, conmueve…con Lorca, Vicente Ferrer, Ken Loach, Mózart,María Callas, Wolf, Cervantes o…Raimon? Eso sí, frágil es la frontera entre esa admiración íntima y el uso idolátrico que pueda hacerse de ella.
Observo con enorme preocupación cómo, en esa vorágine de videos publicitarios que se contagian y extienden como mancha de aceite en nuestro Gobierno municipal, algunos de nuestros políticos se encuentran desnortados y, en mi opinión, necesitados de una profunda reflexión sobre sus propuestas en relación con el CRA (Centro Raimon de Actividades Culturales).
Quizás esa “profunda reflexión” debiera remitirse a aquellas efectuadas por quien durante muchos años para mí fue (de algún modo sigue siendo) un verdadero referente de la política municipalista en Xàtiva y que con claridad meridiana decía: “¿Cómo es posible que este chico (Roger Cerdá) se clave en este embrollo megalómano del museo a Raimon, con ese dineral desorbitado que hipoteca tantas necesidades en esta ciudad?”
O las de otros, aún en activo, que expresaban entonces su menosprecio hacia la persona de Raimon, aunque fuera un referente, eso sí, en el antifranquismo.
Una segunda pata de esta mesa: siempre he defendido la austeridad como una virtud, no como un defecto. Máxime si se trata de administrar los recursos públicos ¿No les parece que ya hemos tenido bastante de esa medicina en Xàtiva? ¿Es necesario que hagamos un repaso de desmanes, obras “faraónicas” para lucir palmito? ¿No les parece que es suficiente?
En pleno corazón de nuestro barrio histórico el convento de Santa Clara clama por su conservación, que apoyo de forma inequívoca. Como apoyo la conservación de todo nuestro hermoso patrimonio histórico en paralelo a la atención de las innumerables necesidades de nuestro Casco Antiguo.
Es una simple cuestión de prioridades, es una simple cuestión de equilibrios entre unas inversiones y otras. Eso sí, igual en algunas inversiones imprescindibles y prioritarias la foto para la pancarta no sale con tan buen encuadre a la hora de rentabilizarla en votos y ahí es donde radica la finalidad de esta reflexión: ¿hacemos políticas que cambien la vida de la gente o hacemos políticas para mantener el culo en la poltrona?
Yo apuesto por lo primero y mis referentes en política municipal, también ¿y ustedes?
Tercera pata, por qué el empecinamiento en esa millonada cuando pueden haber, las hay, otras alternativas igualmente dignas para ese CRA y mucho más rentables en términos de coste para la ciudadanía.
Es realmente admirable la transformación, casi milagrosa, que el humano sufre cuando se le impone la banda de “político” electo. Donde dije digo, digo Diego.
Ojalá seamos capaces de introducir todas estas variables en la decisión final y que, sin coñas, no tengamos que sufrir las consecuencias de completar las siglas anunciadas como CRA cuando realmente le introduzcamos esa última palabra “Culturales” y las siglas sean CRAC, onomatopeya de resquebrajar, rotura.
Aunque tres puntos ya forman un plano, señores y señoras del Gobierno municipal, pongan ustedes una cuarta pata haciendo uso del sentido común reorientando ese macroproyecto y que este tablero cobre el equilibrio y estabilidad que se merece. Hablamos del espacio en el que van a vivir las generaciones futuras de xativins.
