5 formas de mejorar la confianza en los criterios ESG

El interés por la transparencia de las empresas cada vez es más demandado, tanto por inversores como por cliente, así como por todo el elenco de stakeholders presentes en una compañía. Conceptos como los criterios ESG (medioambiente, sociedad y buen gobierno) están a la orden del día, pero se encuentran en un momento crítico.

Poner el foco sobre ellos ha supuesto que muchos de estos criterios pierdan credibilidad, como ocurre con el greenwashing: una práctica empresarial que sobreexpone algunas virtudes medioambientales que no tienen una repercusión real, mientras que realizan otras actividades perjudiciales.

Por eso, hoy queremos plantear cinco recomendaciones que pueden hacer que los interesados en los criterios ESG los tomen más en serio.

Cómo fomentar la confianza en los criterios ESG

Ofrecer mayor transparencia en los ratings ESG

Los indicadores compuestos puntúan a las compañías según diferentes cuestiones relacionadas con los ESG, desde la contaminación hasta la transparencia fiscal. La ponderación de estos factores no permite a los stakeholders interesados en una vertiente concreta conocer toda la información, y la claridad se reduce considerablemente. Algunas definiciones o métodos de cálculo pueden no ofrecer un análisis riguroso de, por ejemplo, diferencias sociales o resultados medioambientales.

Mejorar la comprensión de la información disponible en materia de sostenibilidad

La sostenibilidad de una empresa mide dos propósitos diferenciados: su viabilidad y riesgo financiero, y su impacto social. Ambos no son excluyentes, pero el grueso de información en los últimos años sobre sostenibilidad ha girado en torno a la evaluación de los riesgos financieros. Sin embargo, son cada vez más inversores e interesados los que reclaman una información más clara sobre consideraciones sociales y morales.

Asegurar la independencia y la correcta realización de informes y reportes

La independencia de los diferentes actores que conforman el ecosistema de los informes debe asegurarse, ya que es clave para generar confianza en la información obtenida. Se necesita una garantía externa y sólida que pueda establecer unos principios básicos sobre los que interpretar la información en sostenibilidad, imponiendo diferentes requisitos para maximizar su independencia. En la Unión Europea y los Estados Unidos ya se está trabajando en esta línea.

Estructurar una base de finanzas sostenibles que dejen claro qué es sostenible y qué no lo es

Para lograr una transparencia real y poder normalizar la información sobre sostenibilidad, las jurisdicciones necesitan taxonomías que trabajen bajo el principio de complementariedad. Estas taxonomías son sistemas que permiten definir qué actividades económicas deben considerarse sostenibles y cuáles no. Esto aclarará la confusión sobre por qué una actividad en particular se considera dentro (o no) de la definición de sostenibilidad, ya que una taxonomía global brindará una justificación concreta basada en datos.

Permitir un mayor desarrollo a las compañías procedentes de economías emergentes

Para 2050, las economías emergentes representarán la gran mayoría de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, estas economías son menos capaces de adaptarse a los impactos del cambio climático que otros mercados, y también pueden ser más vulnerables a eventos severos relacionados con el clima. Deben reducirse las barreras a estas economías para proporcionar información sobre su actividad económica y su sostenibilidad. No se trata de crear reglas diferentes que puedan resultar contraproducentes, sino de brindar a las economías emergentes mayor asistencia técnica y mayor compromiso para ingresar a ecosistemas sostenibles.

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