Qué comer en cada escala de un crucero por el Mediterráneo

Viajar en crucero por el Mediterráneo es, cada vez para más personas, una de las mejores maneras de viajar y disfrutar de las vacaciones, ya que ofrece una experiencia a tu medida. A bordo puedes relajarte y disfrutar de la tranquilidad en tu camarote o terraza, tomar el sol en cubierta, descansar en el spa o disfrutar de la piscina. También existe la posibilidad de practicar deportes, acudir a espectáculos de música, teatro o comedia en directo o simplemente dejarte llevar por la atmósfera del viaje y salir de fiesta a los pubs y discotecas por las noches.

A todo ello se suma una oferta gastronómica que suele sorprender a los viajeros: restaurantes principales y especializados, que cuentan con chefs de renombre centrados en la preparación de platos de todos los rincones del mundo que son capaces de elevar la experiencia a bordo a otro nivel. Y, además, la oportunidad de descubrir en cada escala los sabores más auténticos de cada destino. “Muchas personas que buscan disfrutar de un viaje en crucero por las distintas regiones del Mediterráneo ignoran que la gastronomía de cada escala también es una parte fundamental de la experiencia del viaje” —explican los expertos de Cruceros Mediterráneo—.

Por ello, a continuación, te vamos a mostrar qué puedes comer en cada escala de un crucero por el Mediterráneo, recorriendo algunos de los destinos más destacados. En este sentido, podemos decir que el buscador CrucerosMediterraneo ofrece al viajero la posibilidad de planificar itinerarios completos en los que la gastronomía juega un papel esencial junto con las visitas culturales. Por este motivo, sus profesionales nos van a ayudar a mostrarte qué puedes comer en cada escala.

¿Qué comer en Roma?

Roma es sinónimo de historia, arte y cultura, ya que incluso en los rincones más inesperados, podemos encontrar obras de arte de primer nivel. “El Foro Romano, el Coliseo, la Fontana de Trevi, el Panteón de Adriano o la Boca de la Veritá son paradas obligatorias desde el punto de vista del turismo, pero también lo es la gastronomía” —comentan los expertos de Cruceros Mediterráneo—. Sus trattorias y restaurantes locales son una invitación a descubrir recetas auténticas como la pasta carbonara, el cacio e pepe o la amatriciana. La pizza romana, de masa fina y crujiente, es otro imprescindible —añaden. Por descontado, no te aconsejamos abandonar la ciudad sin probar un buen gelato italiano, considerados, sin atisbo de duda, los mejores del mundo.

¿Qué deberías degustar en Nápoles?

Nápoles es un hervidero de vida donde la tradición se encuentra de frente con la modernidad. Su casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad, esconde tesoros como el Duomo, la Via San Gregorio Armeno o la fortaleza Castel dell’Ovo. Pero su gran tesoro gastronómico es la pizza napolitana, quizá la más famosa del planeta. Además, en sus restaurantes se pueden degustar platos de pasta acompañados de salsa de ragú napolitano o dulces como la sfogliatella, un hojaldre relleno de crema tan exquisito que no podrás olvidar.

¿Qué comer en Marsella en un crucero?

Marsella, la segunda ciudad más importante de Francia y principal puerto del Mediterráneo francés, sorprende tanto por su vitalidad como por su vasto patrimonio. “Entre sus principales lugares turísticos, podemos mencionar el puerto viejo, el barrio de Le Panier, la Vieille Charité, la Catedral de la Major o la basílica de Notre Dame de la Garde, visible desde toda la ciudad” —comentan desde CrucerosMediterráneo—. En lo gastronómico, su plato estrella es la bouillabaisse, una sopa de pescado repleta de sabor. También destacan la sopa de pistou, los mariscos frescos y las navettes, unas galletas con forma de barco típicas de la zona.

¿Qué platos degustar en Barcelona?

Barcelona es una ciudad desbordante de vida y multicultural que combina patrimonio, modernidad y vida cosmopolita. La Sagrada Familia, la Casa Batlló, la Casa Milà o el Parc Güell son solo algunos ejemplos de su legado arquitectónico. En el terreno gastronómico, la ciudad ofrece auténticas joyas como el pà amb tomaca, la escalivada, el arroz negro o els calçots, que forman parte de la identidad culinaria catalana. El broche de oro lo pone la crema catalana, un postre tradicional que no deberías pasar por alto.

¿Qué comer en Valencia en una escala de crucero?

Valencia, más abarcable que Barcelona, pero igual de sorprendente, ofrece un recorrido que incluye la Catedral, las Torres de Serranos y de Quart, la Plaza de Toros, la Estación del Norte o la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, icono del neofuturismo. Su gastronomía, encabezada por la paella, es otro de sus grandes atractivos. Otros platos destacados son el arroz a banda, el arroz al horno, la fideuá, el esgarraet o el all i pebre. En el apartado dulce, la horchata con fartons, la coca de llanda y, si visitas esta ciudad en Fallas, los buñuelos de calabaza o los churros con chocolate, son imprescindibles.

¿Qué deberías probar en Atenas?

“La capital griega es un viaje en el tiempo con el Partenón, el Ágora o el barrio de Plaka como grandes atractivos” —afirman los especialistas de Cruceros Mediterráneo—.En sus restaurantes, los sabores mediterráneos se expresan a través de platos como la moussaka, el souvlaki, los gyros o la ensalada griega con queso feta. También son muy populares la salsa tzatziki y los loukoumades, que son unos pequeños dulces fritos con miel que suelen tener bastante éxito entre los cruceristas” —añaden.

¿Qué comer en Estambul?

Estambul, ciudad puente entre Europa y Asia, es una de las escalas más fascinantes en un crucero por el Mediterráneo oriental. La visita a Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi o el Gran Bazar resulta imprescindible, pero también lo es la experiencia culinaria. Entre los platos típicos destacan el kebab en sus múltiples variedades, el meze —pequeñas raciones que se comparten al inicio de la comida, el balık ekmek (bocadillo de pescado fresco en pan crujiente) y los börek rellenos de queso o carne. Como toque final, nada mejor que un baklava acompañado de un té turco para cerrar la experiencia gastronómica de la ciudad.

En definitiva, podemos decir que cada escala de un crucero por el Mediterráneo no sólo es una puerta abierta a la historia y la cultura de sus destinos, sino también la posibilidad de descubrir un enorme y variado universo de sabores. Como recuerdan los expertos de Cruceros Mediterráneo, “la gastronomía es una parte inseparable del viaje, porque permite al viajero llevarse consigo un recuerdo aún más completo de cada destino” —explican—. Por eso, no nos cabe ninguna duda de que elegir el itinerario adecuado y planificar qué platos probar en cada escala puede ser un valor añadido a la experiencia de viajar en crucero.

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