Los casinos online como paradigma del ocio digital

Según datos de Statista, en el primer trimestre de 2014, los españoles gastaron 946.000 € en el pago online de actividades deportivas y de ocio. Para el último trimestre de 2021, la cifra había ascendido a 7’8 millones, y en 2019 se llegó a alcanzar un pico de 9’8 millones. Estos datos solamente tienen en cuenta el comercio electrónico realizado desde España con el exterior, pero ya dan cuenta de cómo en los últimos años se ha disparado el consumo de ocio a través de internet.

Los factores que explican este fenómeno son múltiples y variados, y pueden verse de manera clara a través de la evolución que ha tenido uno de los sectores que primero supieron detectar el potencial del entretenimiento digital: el juego online y, más en concreto, el casino.

De la presencialidad a la virtualidad

Aunque el juego y las apuestas forman parte de la cultura popular desde la Antigua Roma, oficialmente, el primer casino de la historia comenzó a funcionar en Venecia en 1638. Puede resultar extraño que una actividad tan tradicional haya sido pionera en la revolución del ocio digital, sin embargo, lo cierto es que la industria del juego online fue de las primeras en adaptarse al entorno virtual.

En la actualidad, en comparadores de casinos online como Oddschecker podemos comprobar que existe una oferta amplia de sitios web que ofrecen juegos con siglos de antigüedad, como la ruleta, en un formato digital. Pero, aunque pueda parecer algo novedoso, resulta que algunos de esos sitios son veteranos en la red.

Los primeros casinos online se gestaron en los años 90 y empezaron a funcionar a mayor escala con el cambio de siglo. Internet ofrecía la posibilidad de “democratizar” el casino, hacerlo disponible a cualquier persona, independientemente de dónde viviese o cuál fuera su estatus. La posibilidad de poder jugar a cualquier hora y desde cualquier sitio se vio rápidamente como un valor seguro para una industria que contaba con años de experiencia en el sector del entretenimiento.

Para poder adaptar esos juegos que se ofrecían en los casinos físicos a un entorno virtual, y que la experiencia fuera lo más parecida posible a la presencial, se presentaban distintos retos. No era suficiente con convertir una ruleta de madera en un juego electrónico, sino que también, para que fuera como en los casinos físicos, se tenían que realizar apuestas.

Las webs de casino online incorporaron los avances de otra industria que también estaba empezando a desarrollarse: el comercio electrónico. Fueron de los primeros sitios en utilizar monederos electrónicos como PayPal o servicios de pagos online como Neteller.

Además, para que funcionase, era necesario garantizar la seguridad tanto de las transacciones como de los datos de los usuarios, por lo que también se aprovecharon los avances en ciberseguridad.

Claves de la popularización del ocio digital

Los sitios de juego online, así como los de competiciones de videojuegos (eSports), hace más de una década que están funcionando. Sin embargo, en los últimos años, se ha producido un salto en popularidad espectacular.

El motivo principal de la gran popularización del ocio digital recientemente es el hecho de que cada vez más personas tienen acceso a internet gracias al móvil.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sitúa en más de 56 millones el número de líneas móviles que hay en España, y de ellas, el 87’2% tiene internet. Esto supone que todas esas personas tengan acceso a todo lo que se ofrece en la red, incluido el ocio digital.

En un principio, los sitios de casino online estaban pensados para formato web, pero rápidamente se adaptaron para ser funcionales también a través de dispositivos móviles. No solo se simplificó la interfaz para que fuera más accesible y fácil de usar, sino también los tipos de juegos, haciéndolos más dinámicos, con partidas más cortas.

Otro aspecto visionario del casino online es su temprana incorporación del streaming. En las webs de casino no se utiliza ese nombre, pero el concepto es el mismo: la retransmisión de contenidos en directo por internet. En el casino en vivo o live casino, se mezcla lo analógico y lo digital; se retransmiten partidas de ruleta o cartas desde un espacio físico, con crupieres profesionales, que los usuarios siguen a través del sitio web del casino y con las que pueden interactuar.

Una industria tan antigua como es la del sector del juego fue rápida en detectar algo que hoy en día parece obvio: si no está en internet, es como si no existiese.

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