LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders ha conseguido que el Gobierno del Estado incluya en un proyecto de orden una rebaja permanente de los índices de rendimiento neto establecido en el régimen de módulos del IRPF para la ganadería integrada con efecto desde el periodo impositivo de 2016.
Para los servicios de cría, guarda y engorde de aves se reduce el índice un 12%, al pasar de 0,42 a 0,37; mientras que en los servicios de cría, guarda y engorde de ganados, excepto aves, (incluye el porcino) se reduce el índice un 34%, de 0,56 pasa a 0,37. En la Comunitat Valenciana la práctica mayoría de las explotaciones avícolas y porcinas se encuentran en régimen de integración.
La UNIÓ presentó un informe hace dos meses, junto al resto de organizaciones de la Unión de Uniones, donde se reflejaba una tendencia al alza de los costes de electricidad o gasóleo que se mantenían en el tiempo, lo que repercute directamente en los beneficios percibidos por las explotaciones. Al encarecimiento de estos inputs, muy importantes para la ganadería de integración, hay que añadir los de la adaptación a las nuevas normas de bienestar animal y bioseguridad en las explotaciones.
En dicho informe, y a pesar de la falta de datos oficiales, la organización también incluía una evolución de los ingresos recibidos por los ganaderos integrados en los últimos años, con una manifiesta tendencia negativa. La UNIÓ ya había presentado a finales de 2014 otro informe a la Subdirección General de Análisis, Prospectiva y Coordinación del Ministerio de Agricultura para la revisión de estos valores en las explotaciones integradas, teniendo en cuenta los ingresos y gastos de éstas y el hecho que estos regímenes no habían variado desde hacía quince años en el sector. A pesar de que el Gobierno aprobó una rebaja de los índices, sólo fue anual en aquella fecha.
Por tales razones La UNIÓ reclamaba una adaptación estructural de sus módulos para estos sectores, tal y como ya se hiciera el pasado año para el vacuno de leche y la patata. El sistema de módulos del IRPF, el más adecuado por su mayor simplicidad administrativa para las explotaciones de dimensión económica pequeña o mediana, debe ir adaptando los índices que determinan el rendimiento fiscal a la nueva situación de costes productivos y precios, no sólo en el caso de la ganadería en régimen de integración, sino también para otros sectores.